sábado, 21 de agosto de 2010

Mexican “Metro”… the initial love changes to hatred

I use it every day. While travelling from the south of the city to the centre, Polanco, where my beloved Embassy situated is. At the beginning I enjoyed the ride, despite of the tons of sweat it has cost me during the six months of journeys in this overcrowded means of transport. In Metro you´ll meet new people, you´ll experience what really means to be face to face, bottom to bottom to somebody. You´ll make crazy some Mexican teens, while you have blue eyes, which is pretty unusual in Mexican metro. But first of all, you´ll certainly start thinking about the necessity of buying a car.

The Mexican underground is quite different from the Prague´s one. If I remember well, it has more than 160 stations, the Prague´s Metro will not reach 50, if I´m not mistaken. Mexican underground is extremely cheap. Despite it had cost just 2 pesos (2009) and has risen to current 3, it remains very cheap for the Europeans. Once you´ll pass the turnstile, you can travel how long you want (for 3 pesos). That´s probably the main reason why you´ll meet dozens and dozens of homeless and sellers in every wagon of every line – they can stay there all the day long, shouting and offering sweets, American chewing gums, sewing machines (!), pencils with light, toys, pirate DVDs, music, books, documentaries and everything for excellent prices. You´ll also meet an army of blind people, disabled people, native Indians, all of them begging. The first two carriages are reserved for women, the rest for men and women and the last one for gays (unofficially, but after more than 1 year of unwilling travelling in this last cab – relatively empty – in Czech criterion full, and after some flirt attempts of the gay community, I realized it might be true).

Initially, I liked the “Metro”. For the reasons above mentioned, (except “the last carriage” story) for its quickness, it seemed the best means of transport in Mexico City. Ultimately, I change my mind, I don´t like the underground in Mexico City any more. The quality doesn´t improve, from my point of view it´s even worse than half a year ago. It is also due to the reasons written below.
The underground doesn´t have a timetable, despite it´s true that the frequency is normally much higher than in Prague. Unreliability is the right word! Metro in Mexico City sometimes goes well sometimes it stops for minutes and minutes, without warnings, explanations or an apology. And you sweat, it´s even “funnier” when you´re wearing a suit as I do every day. In some of its lines (especially the orange one, from Barranca to Rosario and also the No.3 from C.U. to Indios Verdes) the temperature reaches 40 grades in summer, people tend to faint. The underground in Mexico is overcrowded every minute of a day (if measured by a Czech criterion), but during the rush hour it is “hasta la madre” (means: really overcrowded). Many times in the morning as well as in the evening you simply can´t enter the carriage…and the full trains passes by and by and by. When you´re finally pushed inwards with the help of other people, you will wait, sweating even more, until the driver finally stops his childish game of opening and closing doors again and again, which obviously does just for screw the people up and detain the train in a station as long as possible. Air-conditioning in the terms of the meaning of this word doesn´t exist. The stations (on the most of lines) are not announced by the driver (microphone) as it´s normal in Prague, so you really need to count them to get off at the station you had planned. If you use Metro in Mexico City be assure to never bet if you get on time to your job, however in most cases I managed it.

Mexican underground is starting to loose in my person one of its most enthusiastic and loyal customers, and that´s a pity. I even started to suspect, that the guys who work there, really don´t mind. There are dozens of things which could (and should) be improved in the Mexican underground, but it seems this company stuck in time. Besides, even if it´s true that the Mexican economy is a capitalist and market economy like anywhere else…there´s one important difference…it´s not a customer targeted economy. This claim deserves another, much longer, article.

lunes, 9 de agosto de 2010

El domingo con el Ballet Folklórico de México

El domingo en la mañana tuve la oportunidad ver un espectáculo maravilloso e inolvidable en el Museo Nacional de Antropología. Bailes de todo el país, de varios siglos, bajo de un solo techo. Acompañado por dos mexicanos y cuatro compatriotas franceses acudí a ésta show y me quedé con boca abierta. También por costumbres y danzas como aquellas que nos mostraron amo México.

Todo empezó con “Los Matachines” – una aparición ruidosa cuyo origen seguramente nació de las costumbres prehispánicas. Más de treinta guerreros bailando y tocando tambores tan fuerte que hasta se le aflojó calzado a uno de ellos. Como segundo vinieron los “Sones de Michoacán”, que es uno de los estados más ricos en Folklore, las faldas de las muchachas brillaron de miles de colores, las chicas bailaban con pasos rápidos llenos de alegría y el público aplaudió espontáneamente. Luego ya vino “Tarima de Tixtla” y su baile di Iguana, un muchacho pretendía ser Iguana y así conquistar el corazón de su chica favorita (no sé si lo funcionara hoy en día, habría que probar). Después del baile de Iguana ya vino la famosa época de Revolución y los pasos fuertes y firmes, marchando por hombres y mujeres rebeldes (con sus rifles a cartuchos,) hacia el destino común – ¡Revolución! En seguida, un “cowboy” bien calificado nos enseñó como bailar con el lazo, durante la “Danza de la Reata”. Después de diez minutos de girar el lazo alrededor de mi cuerpo, mientras bailando y sabroseando a la muchacha guapísima, el brazo seguro me hubiera dolido, pero a este hombre de charreada al parecer no! En mi memoria quedó también la “Fiesta en Tlacotalpan” con las enormes figuras que representaron las leyendas del pueblo como la famosísima “Llorona”.Entre otras, pudimos admirar a la Danza de los pescadores (recomendable para señoritas si quieren ver hombres bien musculosos sin tener que entrar al table pa´las mujeres), Jarochos, El Coco, La Bamba (así es, en checo “Tady to bývala Kampa”).

Todavía me estoy acordando de la “Danza de los Quetzales” con sus cabellos larguísimos (más que dos metros en promedio), los grandes símbolos de la elegancia y belleza de la era de Moctezuma. Más que impresionante fue sin duda ninguna la “Danza del Venado”. Un hombre bien mamado pretendía ser venado, hacía los movimientos tan perfectos y con su cabeza y cuernos, que de verdad uno diría que era un animal (de lejos). Pero pobrecito, luego llegaron dos cuates cazadores, y con sus arcos y flechas poco a poco lo mataron. Sin embargo, un desempeño que provocó un aplauso enorme entre nosotros “güeros” en el público. Como la cumbre de todo lo espectacular que habíamos visto esa mañana llegaron los hombres fuertes, hasta gorditos, pero con voces como campañas, y con ellos también la última parte – Jalisco. El Estado de los Charros y Mariachis representaron con honor, cantando La Culebra, La Negra, El Jarabe Tapatío entre otras perlas del folklor mexicano. También las muchachas con sus trajes deslumbrantes y sonrisas más brillantes que el sol jalisquense me acordaron mi estancia reciente en el estado del tequila. Después de esto ya se escuchó solamente el aplauso afectuoso del público extranjero, todos se parraron y casi ni un ojo quedó seco... ¡Qué viva México! gritaron.

Cuando uno ve eventos como éste, por un par de horas olvida toda la inseguridad que está experimentado el norte del país o toda la enorme desigualdad alrededor del todo México. En momentos como éste deberían de prevalecer los sentimientos de orgullo (en caso de los mexicanos) y admiración (en caso de nosotros, extranjeros). En domingos como aquel, uno a fuerzas y sin querer tiene que pensar, ya que sea un rato, solo en lo hermoso y único que México y su cultura ha regalado al mundo durante todos los siglos pasados.

La mañana pasé con cultura… ¿y la tarde? Me divertí bastante también, con unas amigas fuimos al Centro de Tlalpan, comimos rico y como el colmo tuve el honor pasar en la cajuela de la camioneta al aire libre, parrado y tocando el viento, que tanto me gusta. ¡Qué domingo más padre! De hecho todo el fin de semana estuvo de poca m….. pues el hecho de cenar el viernes en la residencia del Excmo. Sr. Emb. y luego, el sábado, poder turistear en Chalma y en las pirámides de Teotenango, acompañado por la mitad de la Embajada Checa, también eran eventos más que destacables.

martes, 3 de agosto de 2010

Percepción de corupción en México

A ver...florece corrupción en México como dice todo el mundo? Según el ranking internacional por supuesto que sí. Pero digamos la verdad, México no es ningúna excepción. Si ponemos el chili a la mesa, tenemos que admitir que ni la Rep. Checa, en el corazón de Euorpa, es ímune. No conozco a profundidad la situación en la gran política o dentro del sistema institucional mexicano. Ahí supuestamente debe estar horrible. No quiero hablar de eso. Tampoco voy a escribir sobre las famosas “mordidas”, o sea sobornos, que aceptan las policías en la calle como si fuera su sueldo (de hecho son tan mal pagados que según yo no los queda de otra).

Lo que a mí me llama mucho la atención, es una gran diferencia entre la percepción de corrupción. Lo que es corrupción -y si es aceptable- difiere bastante aquí y en Europa. El concepto es bastante movido de lo que un chico checo considera ser corrupción. Para mí, un mexicano vive en ella desde juventud y ni se da cuenta que actos que en vida cotidiana hace varias veces por día, son de facto actos de corrupción (por lo menos para mí).

Los mexicanos exigen recibir dinero por actos y servicios que deberían ser autómaticos y los cuales en Chequía son gratis. En México, empezando con las compras en supermercados, donde se ve mal si no das una moneda a las personas (en su mayoría jovenes o ancianos), que te meten tus cosas a las bolsas de plástico, pasando por los “viene, viene” en la calle, en mayoría inútiles personas a los que “tienes que pagar” si te quires estacionar en un espacio público (¡) que supuestamente una calle es, o más bien si quires regresar y encontrar tu carro en el mismo estado que lo habías dejado. En los restaurantes, afuerzas (¡) tienes que dejar siempre por lo menos 10 por ciento de la propina, hasta te la exigen si no la dejas, hasta te persiguen a la puerta si ya te ibas ir y dejaste solo ocho, pero no diez por ciento (eso me paso neta). Otro ejemplo?

Tienes que dar la propina a los cuates que te meten diesel en las gasolineras… ¿pa´que ch…os? ¿Será que Pemex no los paga nada? ¿O los mexicanos solo ya están acostumbrados a pagar para todo el servicio que debería ser gratis (o incluido)? A parte cada chofer que no sea discapacitado (no debería, si maneja) es capaz meter la manguera de gasolina a su carro y luego pagar en la taquila, una práctica común en el mundo viejo… Éstos actos (principalmente los dos primeros) que se considerarían como corrupción en Europa, aquí son socialmente aceptables. Es más, se requieren…